10 de mayo de 2008

Puestas en escena

Entrevista a Raúl Beceyro, director de "2007. Imágenes de Santa Fe 3"

Por Sebastián Russo

Acaba de terminar la segunda proyección de la última película de Raul Beceyro (director, docente, ensayista de cine y fotografía) La gente se acerca a saludarlo y a preguntarle acerca de cómo fue seguir a políticos, filmarlos, convivir con ellos. Tengo que esperar. Se me acerca muy amistosamente, y comenzamos una pequeña charla (casi) de pasillo:


- ¿Con tantas horas de filmación a solas con los candidatos, cómo no cayeron en la tentación de una entrevista cara a cara?

Raúl Beceyro: (Risas) No hay entrevistas. Y las entrevistas que hay solo son cuando habla a otra cámara, no a la nuestra. Habla a la radio, o a alguien que le está haciendo alguna nota. A mí me gustan las personas que se definen por las acciones, por las cosas que hacen. Las acciones escapan al control. Y es por esto que la película no se pensó a través de entrevistas. De hecho filmamos muchas entrevistas hechas por otros y terminamos eligiendo muy poquitas, las que pensamos que eran intensas, digamos, humanas. Tampoco hay discursos en actos públicos, que también filmamos mucho, pero en los que no encontramos intensidad. A estos actos no va gente común, solo otros políticos. Lo que sí nos resultó interesante fue el filmar una caminata de los candidatos por la calle, que en realidad es algo bastante disparatado: la mayor parte de la gente mira con indiferencia a esos tipos que están caminando por la calle.

Sebastián Russo: Me dio la sensación, que el haber prescindido de momentos canónicos para un documental, como es el de la entrevista, incluso siendo la película sobre políticos en quienes lo discursivo tiene un peso esencial y desde el cual pueden sentirse cómodos, permite ingresar en la cocina, en la construcción del discurso de lo político.

RB: Estamos en una época donde no hay mucho discurso político. Por lo que más que discursivo, pareciera que el trabajo político es un trabajo físico, un trabajo manual. En relación a los que filmamos, su trabajo consistió en viajar mucho, y además sin aparato: la candidata viajaba con el secretario que hacía las veces de chofer. Y en ese sentido nos interesaba que la película pudiera reflejar esa cuestión, en relación a la política, en tanto algo más personal y “manual”.
Obviamente si hay que rastrear referencias cinematográficas a este tipo de films, hay que recordar el film Primary de Robert Drew que en los años sesenta se filman las elecciones primarias donde participa JF Kennedy. En donde se evidenciaba que la escena política tiene su atractivo…

SR: Y que no es otra cosa que una “puesta en escena”…

RB: Cuando uno tiene a un candidato victorioso esperando que lo llamen, y luego va solo por un pasillo, y entra en un lugar donde hay quinientos “extras”, y que lo reciben eufóricos, cómo no filmarlo…

SR: ¿Y cómo hace el candidato para no ponerse a actuar?

RB: (Risas) Ese día pudimos hacer la toma que buscamos durante un año. El último día. Siguiéndolo, entrando a la sala, es la toma “a lo Kennedy”, que uno intentó buscar durante un año. Esa toma única, que la ficción no podría lograr. El sonidista me decía que el sonido se iba por las nubes, pero ahí no hay sonido que aguante. Cómo no sentirte atraído por algo que ni la mas frondosa imaginación puede crear. Si yo filmara una película de ficción, con una situación parecida, yo elegiría los tres planos que logramos en la película: el futuro intendente solo en un cuartito esperando, mientras escucha aplausos y discursos; el momento en el que alguien lo llama; y el último momento, en el que él asume a su cargo y empieza otra historia, que ya es otra película.

SR: De hecho en la película agregan al final, en los créditos, a los políticos como actores…

RB: Esa es una idea que le robamos a una película francesa, llamada Un culpable ideal, de Jean Xabier Lestrade, en donde al final ponen las fotos y los nombres de las personas reales.

SR: Creo que todas estas decisiones logran que la película no solo se circunscriba a la elección de candidatos en Santa Fe, sino a pensar la política en general como puesta en escena…

RB: La política, como la música, como la religión, son puestas en escena. Y además está la puesta en escena cinematográfica. De algún modo, uno también intenta afirmar la forma de ver, la elección de lo que se ve, que es la puesta en escena del cine. La que se enfrenta con la puesta en escena de lo político, en este caso, con quinientos “extras”, “actores principales”, de “reparto”, es el cine que está llamando, no se puede desaprovechar esa ocasión (Risas)

Ver reseña de "2007. Imágenes de Santa Fé 3"

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