10 de mayo de 2008

"Caja cerrada" de Martín Solá

(Argentina-España, 2007)

Por Pablo Russo

Pensar en el Mediterráneo, en un barco, y sus pescadores con gaviotas merodeando, es transportarse quizás a un mundo de ensueños y el recuerdo de algún que otro verso de Joan Manuel Serrat. Pero el trabajo en el mar tiene poco de romántico y mucho de mecánico, según expone Martín Solá en este documental de observación con reminiscencias al free cinema inglés. La cámara registra las tareas que cada noche repiten los trabajadores de distintas nacionalidades en la costa de Cataluña. Estamos en el barco como meros testigos de la espera previa, de la recolección de redes, y del envasado posterior del producto mientras aún sigue vivo. Alusión casi literal de la muerte en caja cerrada al encierro en la maquinaria. No se puede escapar: como de la oscuridad que rodea la embarcación, como en esa escena interminable de peces aleteando y marineros que en poco se diferencian de la rutina de los obreros en una línea de montaje. Luego, la tranquilidad del camarote, el descanso, las charlas entre marineros viejos y jóvenes. Anécdotas y memorias en presencia de la cámara. Y finalmente, las aves en el amanecer tras los despojos de esa alienación acuática. No son muy frecuentes las películas que ponen el acento en los procesos productivos. Bienvenido entonces este primer largometraje documental de Martín Solá, crudo y vivo, como el pez embalado.

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