(México, 2007)
Por Luciana Calcagno
La totalidad de Déficit - ópera prima de Gael García Bernal- transcurre en un solo espacio (la mansión de los padres de Cristóbal, un niño rico interpretado por el actor) y durante un día entero, el de una fiesta que será la excusa para mostrar el conflicto entre la clase alta y la clase trabajadora mexicana.Los empleados de la mansión estarán presentes en la fiesta para solucionar los problemas que tienen los jóvenes invitados. El jardinero, que tiene la misma edad que Cristóbal y pretende a la misma chica –una argentina que está ahí únicamente para mostrar el contraste con el resto de los mexicanos, para ser quien cuide al hijo de la empleada, o quien hable con el jardinero- será el personaje que hará que la tensión mantenida en toda la fiesta estalle luego de ser acusado de “tocar” a la hermana de Cristóbal. A partir de ahí, al jardinero le gritarán “Indio” y se generará una situación violenta, con trompadas y llantos incluidos.Uno de los problemas de Déficit es que muestra un conflicto que sucede en México (pero que podría suceder en cualquier país de Latinoamérica) con una absoluta brusquedad. Los personajes no tienen matices ni contradicciones, los niños ricos son tan estúpidos y los sirvientes tan buenos que la película se convierte en una exageración insoportable. Otro es el constante coqueteo con el melodrama. Por momentos no sabemos si el eje es mostrar la relación entre clases o los conflictos amorosos de Gael, que se debate entre dos chicas y está confundido.Déficit no es más que una película hecha por un niño rico (¿con culpa?) que intenta criticar a otros niños ricos, pero se queda a mitad de camino entre la crítica y el entretenimiento (incluso inconsistente)
10 de mayo de 2008
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